Elige una pregunta:
Y mi vecino llevaba 70 años fumando cuando se murió. No fume, no beba lejía.
Más en serio: hay muchas razones. ¿Podemos asegurar que la dosis es la que cree? El dióxido de cloro no se mantiene mucho tiempo disuelto en agua si la temperatura sube de 11ºC. Tampoco sabemos si el método de preparación es el adecuado. Hecho en casa no hay instrumentos de precisión como en un laboratorio, vendido por los Dioxilife y otros, tampoco existe un control regulado por nadie.
Otro factor es que las dosis recomendadas nunca serán mortales. Los estafadores son malos, pero no tontos y si se les mueren los clientes rápido, no venden. Ahora que, la próxima vez que vaya a comprar, pregunte si están haciendo farmacovigilancia. O si tienen datos a 20 años de consumo continuado. O interacciones con otros medicamentos.
Lo que viene a llamarse un "amimefú". Estupendo, pero los complejos ensayos clínicos se han diseñado para evitar errores motivados por sesgos o factores de confusión. En un amimefú, nunca sabremos si ha habido una remisión espontánea de la enfermedad (en Lourdes hay docenas), si ha sido por desayunar magdalenas, o esa medicina que le recetó el médico de verdad.
Hasta podría ser que de verdad funcione, pero solo con personas rubias, de menos de 1,50m de altura, con colesterol alto y 29 cromosomas. Al final, tampoco ayuda a otras personas en situaciones similares.
¿Cuál es la pregunta, por favor? No, de verdad, lea sobre la sorprendente riqueza del idioma español y cómo a veces la metonimia juega malas pasadas. En química, lejía define a compuestos con unas propiedades concretas:
oxidan
blanquean
son corrosivos
matan seres vivos
Por lo tanto, ni el dióxido de cloro es hipoclorito de sodio, ni tampoco el clorito de sodio. Sin embargo, los tres son lejías. Por cierto, como el agua oxigenada o ciertos compuestos de azufre.
No lo conocerá usted. Hay varios y los encontrará en la sección de Enlaces de interés.